martes, 28 de mayo de 2019

La jabonera de Correggio

Leonarda Cianciulli nació en Montella (Italia) en 1893, siempre fue una niña aislada, sin amigos, pero eso no era culpa de ella, sino de su madre, Emilia.

Leonarda Cianciulli de joven

Leonarda no fue una niña querida, su madre realmente la odiaba. Esta tenía problemas de alcohol durante el embarazado, lo que hizo que Leonarda naciera con muchos problemas de salud, además de problemas psicológicos.
Emilia se volvió a casar con otro hombre, ese hombre fue la única persona en el mundo que quiso de verdad a Leonarda, pero su madre le mató envenenándolo. Años más tarde se casó de nuevo con un hombre, con el que tuvo 3 hijos, todos ellos maltrataban a Leonarda, lo que hizo que ella intentara suicidarse varias veces, pero sin éxito.

Leonarda al hacerse mayor empezó a conseguir dinero, muchas veces teniendo sexo con otros hombres y mujeres, pero su madre controlaba su sueldo y le quitaba dinero, así que ahorró sin que su madre se diera cuenta.

Su madre tenía planeado casarla con un granjero de 60 años, pero ella no lo quería, así que se casó en secreto con un hombre llamado Raffaele Pansardi, cuando se lo dijo a su madre esta le hecho una terrible maldición.

Leonarda y Raffaele

Cuando Leonarda intentaba tener hijos no lo lograba nunca, llegó a quedarse embarazada 17 veces, tres de ellos fueron abortos naturales y diez murieron siendo pequeños. Solamente cuatro consiguieron crecer, pero ella era extremadamente protectora con ellos.

En 1939 su hijo Guisseppe, se alistó en el ejercito Italiano por la segunda guerra mundial, su madre no quería que fuera por miedo a que le pasara algo, pero ante la insistencia decidió protegerle con sacrificios humanos.
Por esas mismas fechas el matrimonio se asentó en Correggio, donde Leonarda abrió una pequeña tienda que tuvo bastante fama, además las vecinas acudían porque Leonarda tenía dotes adivinatorios y leía el futuro.
Aprovechó su tienda para atraer a su primera víctima, Faustina Setti, iba pidiendo ayuda para conseguir un marido. Leonarda la convenció de que su marido se encontraba en Pola, y de que debía escribir cartas a su familia y amigos indicando que se encontraría allí, que le diera las cartas a ella misma y las haría llegar a sus familiares.

Faustina Setti

La mañana de partir hacia Pola Faustina fue a la casa de Leonarda para darle las gracias y entregarle las cartas, pero esta le dio un vaso de vino envenenado, la descuartizó con un hacha y vertió la sangre en un cuenco.
Leonarda utilizó la grasa del cuerpo para hacer jabones y la sangre para pastelitos de té.


Recipiente donde Leonarda hacía los jabones

Su siguiente victima fue Francesca Soavi que buscaba trabajo, Leonarda le dijo que su empleo se encontraba en Placenzia, en una escuela de niños y le hizo hacer las mismas cartas. Hizo lo mismo que con Faustina, la drogó y la descuartizó para hacer jabón.

Francesca Soavi

La última víctima fue Virginia cacioppo, que hizo lo mismo con su cuerpo que con las dos anteriores.


Virginia Cacioppo


Después de Virginia se empezó a sospechar, ya que la cuñada de Virginia la vió entrar a casa de Leonarda y ya no supo más de ella, esta lo negó ante la policía, pero al ver que las miradas estaban también en su hijo Giusseppe esta confesó.

Sus tres víctimas


Fue condenada a 33 años en un asilo criminal para mujeres en Pozzuli, allí murió en 1970 de un derrame cerebral teniendo 76 años.





En la actualidad podemos ver varios objetos con los que mataba a sus víctimas, y donde las hacía jabón en el museo criminal de Roma. Museo Criminal de Roma

Fotografías y objetos que podemos ver en el museo de Roma







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